Una respuesta a quienes envían adjuntos de Word
En este artículo se recomienda el uso de OpenOffice; cuando se escribió no existía LibreOffice. Lo que recomendamos usar es LibreOffice.
Lo siento, pero me ha sido imposible leer el documento de Microsoft Word que usted me envió. Microsoft modifica el formato .doc continuamente, cada vez que publica una nueva versión de Microsoft Word (4.0, 95, 97, 2000, y ahora XP). Microsoft también se ha negado sistemáticamente a publicar las especificaciones del formato .doc, haciendo de Microsoft Word la única aplicación que puede abrir este formato adecuadamente. Existe la aplicación Microsoft Word Viewer, pero solo funciona en los sistemas operativos Microsoft Windows, y no le permite a uno editar el documento.
El equipo de desarrollo que diseñó el software que yo he elegido utilizar (OpenOffice.org) se ha esforzado mucho en tratar de descifrar cómo se crea e interpreta el formato .doc, para que más gente pueda acceder a él. Ellos consideran que todo el mundo debe tener la posibilidad de intercambiar información electrónicamente, y el formato .doc es uno de los más comunes. Es por eso que se propusieron hacer que OpenOffice.org, el competidor principal del paquete Office de Microsoft, fuera lo más compatible posible con los formatos de Microsoft. Pero eso no le gustó a Microsoft, porque significa que aun sin comprar Microsoft Windows y Microsoft Office se podrán leer y escribir documentos en formato .doc.
Lamentablemente, parece que Microsoft a veces se sale con la suya. Mi aplicación, que no es de Microsoft, es incapaz de abrir el documento que usted me envió. En consecuencia, no podremos intercambiar información hasta que ocurra una de estas dos cosas:
[0] Que la información que intento leer/procesar se convierta en un formato abierto que pueda ser procesado por quienes no utilizan Microsoft Windows y Microsoft Office.
[1] Que yo adquiera e instale Microsoft Windows, Microsoft Word, y por deducción el resto de las aplicaciones de Microsoft necesarias para hacer mi trabajo.
Antes de que ocurra lo segundo se congelará el infierno, por lo que sugeriría que encontráramos un modo distinto de intercambiar información electrónicamente.
--A
PD: Espero que entienda que no tengo nada en contra de usted. Simplemente no puedo utilizar el documento que me envió, y he intentado explicar por qué fue un error dar por hecho que yo sería capaz de leerlo.
PPD: Cuando intenté abrir el documento que me envió, mi procesador de textos se bloqueó, obviamente incapaz de interpretar correctamente el formato .doc. Mi procesador de textos estaba manejando 4 documentos a la vez. Dos de ellos eran tareas del trabajo, y todos los cambios que no había guardado se perdieron. En consecuencia, perdí dos horas de trabajo porque los desarrolladores de OpenOffice.org no pudieron franquear las barreras levantadas por Microsoft y procesar el documento adecuadamente. Creo que ellos son los últimos a los que se debería culpar por este error.
PPPD: Para conocer más razones por las que no se debe elegir el formato .doc para intercambiar información electrónicamente, le invito a leer el artículo gnu.org/philosophy/no-word-attachments.html. Puede llevarle algún tiempo, pero ciertamente expone los compromisos que tanto usted como emisor como yo como receptor, adquirimos al intercambiar documentos de Microsoft Word.