Por qué los programas se deben compartir
por Richard StallmanNota del editor: Este texto fue encontrado en un archivo con fecha de mayo de 1983, aunque no queda claro si lo escribió en aquel entonces o con anterioridad. En mayo de 1983 Richard Stallman estaba haciendo planes por su cuenta para desarrollar un sistema operativo libre, pero quizás no había decidido aún si lo haría de tipo Unix o más bien algo similar a la máquina Lisp del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts).
Todavía no había diferenciado conceptualmente los dos significados del término free1. El mensaje se expresa en términos de copias gratuitas, pero podemos dar por sentado que eso significa que los usuarios también tienen libertad.
Hace cinco años se podía dar por sentado que cualquier programa escrito en el SAIL (Laboratorio de Inteligencia Artificial de Stanford), el MIT, la CMU (Universidad de Carnegie Mellon), etc. sería compartido. Desde entonces, estas universidades han empezado a actuar como si fueran compañías de software: todo lo que es útil se vende por un ojo de la cara (habitualmente, después de haber sido costeado por el Gobierno).
La gente busca toda clase de excusas para sostener que regalar software es perjudicial. Estos supuestos problemas jamás nos preocuparon cuando deseábamos compartir y, de hecho, no han afectado a EMACS, por lo que sospecho que son argumentos falsos.
Por ejemplo, la gente sostiene que las empresas «robarán» el programa para venderlo. Si eso sucediera, no sería peor que si fuera la Universidad de Stanford quien lo vendiera. Al menos la gente tendría la oportunidad de obtener una copia gratuita. Si los usuarios desean comprar software con mantenimiento, entonces dejemos que la gente venda contratos de servicios, pero que regalen el software en sí.
Creo que puedo desmontar cualquier argumento que se pueda imaginar para no compartir software, pero lo más importante es la razón por la que se debe compartir:
Si se retirasen todas las trabas artificiales, haríamos mayores avances con la misma cantidad de trabajo. Además, nos sentíriamos más en armonía con los demás.
En el campo de la informática, la cooperación científica consiste en el intercambio de software. Antes las universidades defendían el principio de cooperación científica. ¿Es correcto que renuncien a este principio a cambio del beneficio económico?
¿Debemos permitirles que lo hagan?
Ahora mismo los estudiantes de doctorado están trabajando en proyectos de programación específicamente destinados a la venta. Pero si creamos una mentalidad como la de hace cinco años, la universidad no se atreverá a hacerlo. Y si empezamos a compartir, es posible que otros empiecen a compartir con nosotros.
Así que volvamos a compartir.